Luxación de rodilla, tipos, síntomas y tratamiento

• Luxación Anterior de Rodilla. Consiste en un desplazamiento de la tibia por encima del fémur y representa el 40% de las luxaciones de rodilla. Suelen acompañarse por Rotura del Ligamento Cruzado Posterior (LCP).
• Luxación Posterior de Rodilla. Consiste en el desplazamiento de la tibia por debajo del fémur y representa el 30% de los casos.
• Luxación Interna de Rodilla. Es el desplazamiento medial de la tibia respecto al fémur y es poco frecuente ya que representa al 4% de las luxaciones de rodilla.
• Luxación Externa de Rodilla. Consiste en un desplazamiento lateral de la tibia sobre el fémur y representa el 18% de casos.
• Luxación por Rotación de la Tibia sobre el Fémur. Son las luxaciones menos frecuentes, pero más dolorosas ya que hay una combinación de desplazamientos anteriores, posteriores, mediales y laterales.

Frecuentemente, la rodilla se luxa debido a que una fuerza de gran intensidad flexiona o empuja a la rodilla más allá de sus límites normales, provocando que salga de su posición, lo que se conoce como hiperextensión de rodilla. En esta lesión, la tibia se desplaza hacia adelante, por detrás o a ambos lados del fémur como consecuencia de una gran fuerza: un golpe durante el deporte, un accidente de tráfico a alta velocidad, una caída en bicicleta; también puede darse como consecuencia de una caída o tropiezo, especialmente si la persona tiene mucho sobrepeso.

• Los pacientes se quejan de un dolor insoportable en la articulación de la rodilla, a veces acompañado de un chasquido durante la dislocación.
• Limitación de la capacidad de la rodilla para realizar actividades físicas, extender o flexionar la rodilla.
• Inflamación y sensación de inestabilidad que imposibilita al paciente para caminar.
• Pierna entumida y pálida, lo que puede ser signo de que hubo daño en un nervio o arteria.

Las luxaciones de rodilla son diferentes a las de rótula, las cuales son menos graves. Estas consisten en un deslizamiento de la rótula de su lugar hacia la parte exterior de la rodilla. Su tratamiento es más sencillo, ya que el médico la volverá a colocar en su lugar con suavidad y aplicará un dispositivo ortopédico como un inmovilizador.

Usualmente la luxación de la rodilla se diagnostica de forma clínica, es decir, observando los síntomas del paciente. Sin embargo, se recomienda realizar radiografías para visualizar todos los ángulos de la rodilla para confirmar el diagnóstico y verificar si hay otras fracturas. También es muy importante verificar que no haya lesiones en las arterias, ya que si se interrumpe el suministro de sangre (y no se repara la arteria de forma quirúrgica) puede ser necesaria la amputación.

En algunos casos, la rodilla luxada puede volver a su lugar por sí sola de forma espontánea antes de visitar al médico, pero esto no exime de acudir a revisión para determinar si hay fracturas, sangre dentro de la articulación o daño a los nervios.

Una vez confirmada la luxación, el médico administra fármacos para que disminuya la inflamación, el dolor y hacer que el siguiente paso sea más tolerable: el especialista colocará la articulación en su lugar mediante manipulación. Posteriormente aplicará una férula para inmovilizar la rodilla y recomendará analgésicos para la desinflamación de la articulación.

En algunos casos se necesita reparar la rodilla de forma quirúrgica para:

• Restaurar el tope anatómico.
• Evitar que a futuro se presenten luxaciones frecuentes.
• Reorganizar y fortalecer los tejidos blandos sueltos
• Reconstruir los ligamentos que mantienen el hueso en su lugar

El método de tratamiento utilizado depende de la edad del paciente y del factor principal que causa la dislocación; es decir, el tratamiento es personalizado para cada paciente con el fin de obtener los mejores resultados.

La fisioterapia de rehabilitación juega un papel fundamental en la evolución postoperatoria de este problema. Hay que movilizar la articulación de forma paulatina, pero lo más importante es tener un plan de ejercicio muscular.

Lamentablemente la luxación de rodilla suele presentarse como consecuencia de un accidente, pero podemos tomar algunas precauciones para prevenir estas y otras lesiones:

• Usar protectores al practicar deportes.
• De preferencia, evitar los deportes de contacto.
• Retirar los objetos del piso con los que tú o tus seres queridos puedan caer.
• Tener barandal en las escaleras y usarlo para apoyarte al subir y bajar.
• Evitar acciones peligrosas como pararse en sillas, mostradores u objetos inestables.
• Conducir a velocidad moderada, respetando los límites de tu ciudad.

Si tú o alguien cercano sufren un accidente que dañe la articulación de la rodilla, agenda tu cita lo antes posible con el especialista en rodilla para un diagnóstico oportuno que evite lesiones mayores a largo plazo. Agenda tu cita con el Dr. Alba, ortopedista cirujano con especialidad en tratamientos de rodilla para aliviar el dolor, reparar la articulación y recuperar el movimiento. Escríbenos a través de nuestro formulario de contacto para agendar una cita, con gusto te atenderemos.