Lesión de ligamento colateral medial, causas, síntomas y tratamientos

Es necesario examinar la rodilla y llevar a cabo un examen del ligamento medial con el fin de detectar laxitud o lesión completa en dicho ligamento.

Los exámenes pueden incluir:

• Radiografías de la rodilla.
• Resonancia magnética nuclear de la rodilla.

• Aplica hielo en el área.
• Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
• Se levantan las piernas.
• Debe limitar sus actividades físicas y físicas hasta que desaparezcan el dolor y la hinchazón.
• Con muletas, es posible que necesite una ortesis (rodillera mecánica de articulación larga) para proteger los ligamentos.
• No apoye con la pierna afectada.
• La fisioterapia ayuda a reducir la inflamación en las articulaciones y fortalecer gradualmente los músculos.
• Cuando solo se estira el ligamento colateral medial, generalmente no se requiere cirugía. La mayoría de las lesiones de este ligamento se pueden curar sin cirugía.

Es un ligamento que, en conjunto con el cruzado anterior y el cruzado posterior, une los huesos del fémur y la tibia para que la articulación de la rodilla sea estable. A nivel anatómico, se compone de dos fascículos: el profundo, que está unido al menisco interno, y el superficial que termina cerca de la espinilla, debajo de la rodilla.

La función del LCM es dar estabilidad mediolateral, es decir, la rodilla no se abre cuando hay una fuerza lateral, y gracias a él podemos hacer actividades enérgicas y de estrés.

Lamentablemente, por su anatomía, el LCM se lesiona con frecuencia y, cuando lo hace, se produce lo que conocemos como esguince de rodilla. Dependiendo del grado de la lesión, podemos encontrar:

• Esguince leve o grado I cuando solo se distienden las fibras del ligamento.
• Esguince moderado o grado II cuando el ligamento sufre una rotura parcial.
• Esguince severo o grado III cuando el ligamento se rompe por completo.

• Sensación de chasquido y dolor en la rodilla
• Inflamación de la rodilla
• Bloqueo de la rodilla o sensación de no poder moverla por el dolor
• Sensibilidad y dolor al interior de la rodilla
• Hematomas
• Mucho dolor al apoyar peso en la rodilla afectada
• Sensación de que la rodilla se afloja o dobla ligeramente cuando se estira
• Sensación de debilidad en la rodilla o falta de apoyo, que puede provocar que el paciente tropiece o se caiga con frecuencia

Usualmente, el LCM se lesiona cuando se recibe un golpe lateral en la rodilla, por lo que es frecuente durante el deporte o en caídas en que la pierna se tuerce, por ejemplo, en un partido de fútbol americano cuando se recibe un golpe en la parte exterior de la rodilla que la estira y daña los ligamentos en el área interna.

También puede lesionarse si el jugador cambia de dirección o se tuerce la rodilla mientras va corriendo, o si salta y se le tuerce la rodilla al volver a pisar el suelo.

Este ligamento generalmente se lesiona al mismo tiempo que la lesión del ligamento cruzado anterior (LCA).

La práctica de deportes que implican cambios bruscos de direcciones, hacer giros inesperados sobre uno mismo, como el futbol soccer, el futbol americano, el tenis, el esquí o el baloncesto. También puede lesionarse como consecuencia de un accidente vehicular, o una caída al andar en bicicleta.

El diagnóstico de una lesión LCM comienza con la exploración clínica para percibir el grado de laxitud de la rodilla. Posteriormente, para confirmar las sospechas del especialista, determinar el grado de lesión y verificar si además del LCM se lesionó el menisco interno y el LCA, es decir, la conocida triada de rodilla, se recomienda practicar radiografías y una resonancia magnética nuclear en la rodilla.

La ventaja de una lesión LCM, en comparación con los otros ligamentos de la rodilla, es que el ligamento colateral medial tiene potencial de cicatrización por sí solo. Por ello, los esguinces leves y moderados (grado I y II, respectivamente) pueden tratarse sin necesidad de cirugía en un periodo de 4 a 6 semanas de recuperación, siguiendo estos consejos:

• Aplicación de hielo en el área.
• Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
• Levantar las piernas.
• Limitar las actividades físicas y deportivas hasta que desaparezcan el dolor y la hinchazón.
• Apoyo de la pierna afectada con muletas
• Es posible que necesite una ortesis (rodillera mecánica de articulación larga) para proteger los ligamentos.
• Fisioterapia para reducir la inflamación en las articulaciones y fortalecer gradualmente los músculos.

Recuerda que estas solo son recomendaciones, debes acudir con el especialista para valoración y prescripción del tratamiento indicado para tu caso.

Ahora bien, cuando el esguince es grado III o el ligamento se rompió por completo, no cicatrizará por sí solo y se necesitará una cirugía para reconstruirlo, especialmente si hay mucha inestabilidad o laxitud de la articulación.

La cirugía suele consistir en una reconstrucción del ligamento roto con otro tendón de la rodilla que se fija mediante sistemas para que mantenga su posición original y se recupere la función de estabilidad. En este caso, después de la cirugía se recomienda reposo, fisioterapia, muletas y retomar las actividades después de unos tres meses.

Después de una lesión LCM es importante dejar de practicar deporte por un tiempo, especialmente el que se practicaba cuando se presentó la lesión. Cuando el dolor y la inflamación ceden, y si no hay una falla funcional de la rodilla, los pacientes pueden caminar lentamente, hacer estiramientos y practicar actividades de bajo impacto como natación.

Es muy importante seguir las indicaciones del especialista para una recuperación total de la lesión, y acudir a fisioterapia para recuperar la movilidad y fuerza de la articulación, de modo que el paciente pueda retomar su práctica deportiva en un plazo estimado de seis semanas.

Así que, si sufriste una lesión LCM, no practiques actividades que retrasen la curación, acude a todas tus visitas médicas de seguimiento y de fisioterapia, además de practicar estiramientos y los ejercicios de acondicionamiento que te recomiende el especialista.

Lamentablemente, una lesión LCM aumenta el riesgo de sufrir otra lesión similar más adelante. Por ello, la fisioterapia es indispensable para fortalecer la musculatura, incrementar la flexibilidad, mejorar el equilibrio y aprender las técnicas correctas para saltar, cambiar de dirección al correr y pisar después de un salto.

Además de esto, al practicar deportes de contacto, patinar o andar en bicicleta se debe usar siempre el equipo de protección: casco, rodilleras, coderas, espinilleras y tobilleras para prevenir una lesión en caso de una caída o golpe.