El síndrome de pinzamiento de hombro, es una de las causas más comunes de dolor de hombro agudo o crónico.
El hombro está compuesto por varias articulaciones y está rodeado por músculos y tendones que pasan por espacios específicos: debajo del acromion (la parte superior del hombro) y por encima de la cabeza humeral (que permite el movimiento del hombro), que se denomina espacio subacromial.
En circunstancias normales, el espacio subacromial mide aproximadamente 1,5 a 2 cm y contiene una “bolsa de tela” que protege y lubrica la libre movilidad del tendón. La reducción del espacio subacromial y la inflamación de la bursa de tejido contenida en él afecta el grado de libertad del tendón del manguito rotador. Cuanto mayor es la reducción del espacio subacromial, más es la inflamación y daño del tendón y aumenta el dolor. Más personas con discapacidad pueden mover los hombros.
La principal causa de asesoramiento y síntomas es el dolor de hombro, que puede ser leve al principio. Los pacientes generalmente no buscan tratamiento temprano. El dolor puede ser el siguiente:
A medida que avanza el problema, los síntomas empeoran:
El diagnóstico clínico puede realizarse en el consultorio, sin embargo se recomienda aplicar pruebas de imagen en diferentes posiciones del hombro, como estudios de rayos X o resonancia magnética para descartar daño en los tendones del manguito rotador.
Durante la consulta con el especialista le preguntarán al paciente sobre sus antecedentes médicos sobre lesiones anteriores en el hombro, y le realizarán un examen físico para revisar si está sensible a la presión en un área específica o si hay una deformidad. Además, el especialista medirá el rango de movimiento del hombro al poner el brazo en posiciones diferentes y comprobará la fortaleza del brazo.
Para confirmar su diagnóstico clínico y verificar que no haya lesiones asociadas, el especialista indicará los siguientes estudios de imagen:
Ante un pinzamiento subacromial, el especialista analizará la edad del paciente, su nivel de actividad física, su estado de salud general, con el objetivo de reducir el dolor y recuperar la funcionalidad de la articulación. Existen dos tipos de tratamientos para alcanzar dichos objetivos: el conservador y el quirúrgico.
Suele ser el tratamiento de inicio, en el que muchos pacientes responden de forma positiva y comienzan a recuperar su funcionalidad de forma gradual; consiste en:
Si el tratamiento conservador no consigue aliviar el dolor, el especialista considerará la cirugía para agrandar el espacio para el manguito rotador, retirando la porción inflamada de la bursa y extraer parte del acromion mediante una acromioplastia anterior. Para esto, el especialista puede usar la artroscopia o una cirugía abierta:
Recomiendo tratamiento quirúrgico mediante artroscopia, descompresión del espacio subacromial, acromioplastia y extirpación de osteofitos en la articulación acromioclavicular. En comparación con la técnica quirúrgica abierta, las ventajas de este método son una recuperación más rápida, un movimiento rápido del hombro (importante en este caso) y menos invasión.
Después de la cirugía, el paciente debe usar un cabestrillo por un breve periodo para ayudar a inmovilizar la articulación y favorecer la curación. El médico indicará el momento de retirar el cabestrillo y empezar con la terapia de rehabilitación para comenzar a mover el brazo de nuevo.
El programa de rehabilitación depende de las necesidades del paciente y de los hallazgos en la cirugía; suele durar de dos a cuatro meses para aliviar el dolor y recuperar la funcionalidad, aunque en casos más graves puede prolongarse por más de un año.
En ausencia de mejoría, aunque se hayan aplicado todas las técnicas de tratamiento conservadoras, se sigue recomendando el tratamiento quirúrgico. Recomiendo tratamiento quirúrgico mediante artroscopia de hombro, descompresión del espacio subacromial, acromioplastia y extirpación de osteofitos en la articulación acromioclavicular. En comparación con la técnica quirúrgica abierta, las ventajas de este método son una recuperación más rápida, un movimiento rápido del hombro (importante en este caso) y menos invasión.
Después del tratamiento quirúrgico, se requerirá fisioterapia de rehabilitación para promover la mejoría clínica.
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